El 4 de julio del año pasado apareció una noticia en los tabloides ingleses que cautivó en el entorno de Mick Jagger. Un vendedor anónimo ponía a la venta un mechón del cabello de Jagger por un valor de 5.000 euros. El pelo venía en un sobre transparente, en el que se podía leer: "Pelo de Mick Jagger lavado y secado por Chris en la granja Rose Hill". El mechón de pelo encontró a alguien que pagara 10.000 euros, el doble de lo que se pedía, en la casa de subastas de Bonham House. El dinero fue a parar a una fundación llamada Changing Faces, que trata de recomponer a personas con el rostro desfigurado. Como si el mechón de Jagger fuera el elixir para recuperar rostros bellos. Jagger se convertía en el mismísimo Dorian Grey. A Oscar Wilde le hubiera encantado la historia.
La hermana de la Gamba
En diciembre de 1963, los Stones sólo habían lanzado un par de singles sin mucho éxito, entre ellos, 'I wanna be your man', un tema que le habían cedido los Beatles. En aquella noche de inmenso frío, tras un actuación en el Ricky-Tick del Soho londinense, Mick Jagger ya estaba loco por llevarse a la cama a Chrissie Shripmton, la hermana pequeña de la famosa modelo Jean Shrimpton, 'La Gamba'. Chrissie era un bombón maravilloso. Sólo tenía 19 años y estudiaba Económicas. Su hermana ya le había dicho que Jagger era muy feo para ella, pero Chris no hizo caso. Aquella noche Keith Richards y Brian Jones también iban acompañados por unas cuantas chicas.
Todos se dirigieron al 'picadero' que Mick y Keith habían alquilado por 50 libras esterlinas a la semana. Una fortuna para ellos. En medio de la reunión, casi se desencadenó una orgía pero Chrissie se enfadó y le dijo a Jagger que se marchara a hacer puñetas. Le dijo que no la tratara como una vulgar 'groupie' sino como una chica universitaria. En ese momento, Jagger le juró que la quería, que quería casarse con ella, que incluso quería que tuvieran hijos. Fue la perdición de Chrissie. La chica sucumbió. Empezaba un calvario que duraría casi tres años.
Chrissie puso punto final a sus estudios en la primavera de 1964, poco después de que apareciera el primer álbum de los Stones, hace 50 años. La chica se mudó al 'flat' donde vivía Jagger. El mánager de los Stones, Andrew Oldham, al que le gustaba mucho Chrissie, le logró un trabajo como secretaria en Decca Records, la compañía discográfica de los Stones. Se convirtió en una vulgar secretaria y eso no lo podía soportar Mick. Unas cuantas semanas después, Chrissie fue transferida a la oficina de los Rolling Stones en Regent Street. A Chrissie, la relación entre el Oldham y el propio Mick siempre le pareció extraña a Chrissie. Más aún le extrañaba a Sheila, la mujer de Andrew, que sabía que cuando no estaban con ellas, representante y representado dormían juntos. Chrissie se volvía loca con esa infinita procesión de 'queens' y 'queenies' y la constante relación de músicos bisexuales que conocía Mick.
Crisis nerviosas
Una noche, en marzo de 1966, numerosos músicos, ingenieros de sonido y técnicos que Mick había conocido durante la última gira en América se instalaron en el piso de Jagger. Se reprensentó una noche orgíastica de marihuana y ácido. En medio de aquella bacanal, Chrissie empezó a gritar. Ya sabía las reacciones de Mick cuando tomaba tanto ácido. No lo podía soportar. Jagger se había convertido en un tipo un neurótico en aquellos días. Ya había lanzado incluso un 'single' de sus propias experiencias con el ácido, el tema '19th Nervous Breakdown', en febrero 1966. Pero en junio, durante la última parte de la gira americana para celebrar el enorme éxito de 'Satisfaction"', Mick sufrió una terrible crisis nerviosa, la más grande que había soportado. Durante un par de días , Mick Jagger estuvo apagado, colapsado.
Cuando volvió de la gira americana, allí estaba Chrissie para esperarlo y cuidarlo como una esposa fiel y estúpida en la mansión de Harley House. Chrissie ya sospechaba que Mick ya no la quería. Era julio y Chrissie pensó en una solución. La de cometer suicidio.
Durante ese verano, Mick Jagger no dejaba de acostarse con modelos y 'groupies', pero con cierta clase. Como ha seguido haciendo toda su vida. Hasta que se tropezó con su gran reina de la mujeres: Marianne Faithfull.
Tres personajes para nuestro 'dramatis personae': Michael Cooper era un fotógrafo que trabaja para 'Vogue'. Era un 'fan' de los Stones. El gran fotógrafo David Bailey, el de la gran portada del single 'Jumpin Jack Flash' iba hacerle unas fotos a Mick. Por aquel tiempo, Marianne era un alocado e inteligente personaje de la sociedad de vanguardia londinense. Era también la hija de una mujer decadente, la Baronesa Erisso de Vienna, y de un psiquiatra y oficial del ejercito.
Increíble Marianne
En aquellas fechas, Marianne había abandonado a su marido John Dunbar, el director de la galería Indica, donde John Lennon conocería a Yoko Ono y donde Paul Mc Cartney escribió 'Paperback writer' (el padrino de la boda de Marianne había sido Peter Asher, de Peter and Gordon, hermano de la novia de Paul, Jane Ahser). Algo así como la 'gran familia' del 'swinging London'.
Marianne Faithfull, por su parte, se había hecho muy amiga del explosivo trío que formaban Brian Jones, Anita Pallenberg y Keith Richards, que siempre iban juntos. Anita la había introducido en el 'swinging London', pero también en la marihuana, en el ácido y, por supuesto, en la droga más letal:la heroína. Marianne había tenido un hijo con Dunbar, al que llamaban Nicholas, pero no le hacía mucho caso. Casi quedó apartado del paisaje, hasta que apareció el 'tío Mick'.
Mick Jagger arregló con el servicial fotógrafo Michael Cooper un encuentro con Marianne Faithfull. Cooper trabajaba en la promoción de la película 'Repulsión' de Roman Polanski y preparó un pase privado en el Ship Motel, en Bath. Aquella noche, Mick se quedó loco por Marianne.
Llegó diciembre. Exactamente, el 15 de diciembre, Chrissie, con tan sólo 21 años, recibió la noticia de que, a pesar de las promesas, Mick había decidido suspender las vacaciones que pretendían pasar juntos en el Caribe. Tan suspendidas que los billetes de avión habían sido devueltos.
Sola, aquella noche lluviosa y frío de diciembre, en aquella horrible mansión en Harley House, con su perro, sus seis gatos y tres canarios, atrapados en una jaula victoriana que Mick le había regalado sutilmente en su 21 cumpleaños, Chrissie se metió todo un tarro de barbitúricos.
Aunque no se sabe a ciencia cierta, parece ser que Mick Jagger fue el que la salvó al regresar a casa, pero ni aún hoy día Chrissie lo sabe con seguridad. Chrissie recuperó el conocimiento en el Hospital St. George , en Hyde Park Corner. Ni siquiera las enfermeras sabían su nombre. Cuando estuvo un poco recuperada, fue trasladada a una clínica privada en Hampstead. Durante un par de semanas recibió una terapia especial. Mick Jagger nunca la visitó. Sus padres y su hermana se encargaron de ella.
Cuando salió de la cínica, los tabloides no hacían más que publicar fotos de Mick Jagger y su nueva novia, Marianne Faithfull. Ni una palabra del intento de suicidio de Chrissie. La oficina de los Rolling Stones lo había tapado todo, absolutamente todo.
Fuera de casa
El padre de Chrissie le mandó a Mick Jagger la factura de la clínica de Greenway, en Hampstead. Con una frialdad diabólica, Mick Jagger la rechazó. Incluso el día de Navidad, había alquilado una camioneta para recoger todos los efectos personales de Chrissie y devolverselos. En el paquete iban sus gatos y la famosa jaula victoriana. Unos días después, aún antes del año 1967, Marianne Faithfull ya estaba instalada en Harley House.
Lo que no sabía Mick era que su 'perfecta' novia Marianne se había acostado antes con Keith Richards, durante aquellas noches de droga y pasión con Brian, Anita y Keith. En una noche loca de pasión, la que Marianne ha calificado en varias ocasiones como su mejor noche de sexo de su vida aunque acabara pronto en tragedia. Marianne estaba enamorada de Keith, pero este le explicó que quien estaba loco por ella era Jagger. Keith estaba enamorado a su vez de Anita Pallenberg, la novia de su amigo de las 'chocolatinas', Brian Jones. Richards se quedaría con Anita, más tarde, en Marrakesch. Y Marianne Faithfull, cobardemente, empezó a salir con Mick como una manera de refugiarse.
Marianne siempre sospechó que Mick también estaba enamorado de Keith. Cuenta Marianne que en una de las noches más extrañas de su vida con Mick, en Harley House, estaba en la cama con Jagger, desnudos, charlando sobre ocultismo y el nuevo libro de Aleister Crowley. Mick le dijo que lo que le realmente le gustaría era que Keith estuviera en la cama con ellos dos, lamerle a ambos todos su cuerpo y, luego, hacerle una felación al guitarrista.Todo eso dicho bien en alto para que Keith lo oyera desde la habitación de al lado. Keith ya tenía problemas con la Pallenberg .
Final australiano
Marianne, como antes Chrissie, pasó otros tres años que fueron un puro infierno. Empezó a tomar 10 pastillas de Mandrax para poder dormir todas las noches. Se metió de lleno en la heroína, mientas Mick trabajaba en el estudio, se iba de gira o le ponía los cuernos con cualquiera.
Cuenta Marianne en sus memorias que ya en la primavera de 1969 veía muy perdido a Brian Jones, al borde de la muerte. Una noche, Marianne convenció a Mick para ir a visitarle a Redlands, donde iba a morir. Cogieron el Bentley y se prepararon para cenar con Brian. A Mick la cena le pareció una mierda y, en uno de sus cambios bruscos de humor, se levantó, tiró el plato y obligó a Marianne a marcharse. Brian Jones no daba crédito. Dos semanas más tarde, Jagger recibió una llamada en la que le decían que Brian Jones se había ahogado en su propia piscina en Cotchford Farm, que antes había sido la casa del autor de 'Winnie the Pooh'.
A Marianne la muerte de Brian le afectó mucho. Quizá porque se veía tan débil como el guitarrista de los Stones.Era como su hermano de drogas. Cuando, días después, los Stones actuaran en Hyde Park, al aire libre, para honrar la muerte de Brian Jones y también para presentar al nuevo guitarrista, Mick Taylor, Marianne Faithfull ya estaba muy mal. No podía dejar el 'caballo', estaba anoréxica, pálida enfermiza y cubierta de manchas. Parecía la misma imagen de la muerte, como la de Brian Jones, al que encima habían despedido con aquellos versos cursis y horteras del 'Adonais' de Keats, en aquel famoso concierto del 5 de julio.
En ese concierto, en una de los lados del escenario se encontraba Marsha Hunt, negra, imponente, maravillosa, la nueva amante de Mick Jagger. Después del concierto, Marianne se sentía muy enferma y se fue a Harley House con su hijo Nicholas. Mick había desaparecido con Marsha Hunt, cantante y esposa del maravilloso teclista de Soft Machine, Mike Ratledge, que, a pesar de su condición de homosexual, había aceptado casarse con ella para que no la expulsaran de Inglaterra.
Marsha era norteamericana y había tenido un éxito formidable como protagonista del musical 'Hair' y acaba de lanzar un single con una versión del "Walk on gilded splinters', de Dr. John, el cantante favorito de Jagger en aquellos días.El cantante la inmortalizaría en 'Brown sugar', en el álbum 'Sticky fingers'.
Marsha no ponía impedimentos a Jagger para no aparecer juntos en público o relacionarse socialmente. Era la 'amante escondida'. En noviembre de 1970, poco más de un años después, Marsha dió a luz a Karis, la primera hija de Mick Jagger.
Pero volviendo al famoso 5 de julio de 1969, lo más increíble es que Mick Jagger y Marianne Faithfull tenían que volar juntos al día siguiente a Sydney, porque ambos iban a rodar la película 'Ned Kelly'. Todo empezó mal, porque en el mismo aeropuerto de Heathrow, un grupo de enfurecidos australianos increparon a Mick Jagger. Eran nacionalistas australianos y no soportaban que Mick Jagger, un inglés sospechoso, fuera a interpretar a Ned Kelly, uno de los héroes nacionales y populares australianos.
Marianne Faithfull iba a hacer de su hermana en la película. Antes, se había pertrechado de drogas . Su médico, el de los Stones, le había dado grageas de Tuinal para tres meses. Marianne Faithfull confesó que se metió quince pastillas durante el viaje. Cuando por fin, Mick y Marianne llegaron a la suite del hotel de Sydney, ella ya estaba en trance. Se despertó y no sabía quién era. Se miró al espejo y se vió como un cadáver, el propio reflejo de Brian Jones. Marianne dio vueltas por la habitación, Mick estaba todavía dormido y eso la deprimió aún más. La suite se encontraba en el piso 45 y desde sus ventanas se veía toda la hermosa bahía de Sydney. Marianne intentó sucidarse, a pesar de todo. Intentó abrir las ventanas. Pero no lo consiguió, así que resolvió quitarse de en medio tragandose otras 30 pastillas de Tuinal.
Casi muerta
Marianne no volvió a despertarse hasta seis días después. Fue a Mick la primera persona que pudo ver. Pero la única que no se había movido de su lado era su madre, la gran baronesa, porque Mick seguía rodando 'Ned Kelly' como si tal cosa. Marianne pasó muchos días de recuperación en aquel 'manicomio' australiano.
Pocos meses después, en mayo de 1970, terminaba su relación .Por el camino, Marianne también había perdido la custodia de su hijo Nicholas por culpa del intento de suicidio. Hasta hace poco, Marianne no pudo librarse de la heroína.
En la historia de los Rolling Stones, Marianne es la inductora de 'Sympathy for the Devil'. También es co-autora de 'Sister Morphine', que también apareció en 'Sticky fingers', pero Jagger no le dio el crédito de la canción hasta hace unos pocos años. Era la crónica de su suicidio en Australia. Fue Marianne quien le había dado a Mick la novela 'El maestro y la Margarita' del ruso Mikhail Bulgakov. Cuenta Marianne que Mick se la bebió en un sólo día. La novela es la historia de una visita del diablo a la atea Unión Soviética. Desde ese mismo momento, Mick bebió del personaje de Lucifer y escribió 'Sympathy for the devil'.
En la actualidad, Jagger aún juega a ser Satán. Puede estar al lado de alquien que se va a caer al abismo, pero él no resbalará nunca. Capaz de observar el instante preciso en que el coche se estrella y él salir ileso. Algo muy exasperante para sus víctimas. El trágico final de la diseñadora LWren Scott es otro secreto más de "el maestro y la margarita". Sólo dos personas conocen la verdad. Uno de ellos, está muerto. El otro, vivo,pero nunca dirá una palabra. Jamás hará de su cuerpo la tumba de su alma.
Fuente: Julián Ruiz / elmundo.es